lunes, 30 de junio de 2008

INFANCIA


No hay mejor imagen del mundo que la que puede albergar un niño en la mente, trazada con su propia percepción sin tantos filtros turbios externos. No hay peor futuro que el que puede crear la influencia adulta que busca todo para sí y deposita en el cerebro de los pequeños la semillas de los miedos, de las autolimitantes, del desprecio -y hasta el odio- y de las falsas felicidades.
Ninguna acción puede ser peor que la omisión y el engaño de un padre al hijo, de un profesor a su pupilo, de una institución o un órgano hacia un sector generacional en cuyas manos podría estar la mejoría de su sociedad, de un país y del mundo. Sigo hablando de los niños y de unos grandes enemigos para el verdadero desarrollo de las sociedades marginadas: las instituciones gubernamentales, todas en su larga cadena, desde la pequeña escuela de bajareque en una comunidad rural, hasta la Secretaría de Educación Pública (en el caso de México) y las demás instancias que participan en el proceso de "apoyo" a la sociedad.
Existe un programa en México llamado Oportunidades que "es un programa federal para el desarrollo humano de la población en pobreza extrema. Para lograrlo, brinda apoyos en educación, salud, nutrición e ingreso. Es un programa interinstitucional en el que participan la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Desarrollo Social, y los gobiernos estatales y municipales" (http://www.oportunidades.gob.mx/).
El programa es, a mi parecer, un buen intento por fomentar el desarrollo de aquellos menos privilegiados. Al menos los campesinos y gente en extrema pobreza (indígenas o no) pueden tener un pequeño ingreso que en combinación con sus actividades de subsistencia benefician a las unidades familiares. Este programa en teoría obliga a la asistencia de los niños a clases y a la asistencia de madres e hijos a consulta médica. Así suena bonito: un poquito de dinero, preparaciòn y atención para los más necesitados...
En efecto, si los niños recibieran una buena educación, al llegar a los 18 años tendrían herramientas sólidas para enfrentar al mundo cada vez más difícil y comenzar a cambiar la situación de su comunidad y de aquellas similares, pero ¿qué pasa? No es que las escuelas sean inexistentes en el mundo rural, es que no hay maestros. A veces ni siquiera eso, sí los hay, hay profesores que reciben un sueldo y se presentan pero buscan cualquier pretexto para suspender clases: "cada 15 días hay junta y los niños no deben de ir a la escuela", "es el concurso de escoltas en la cabecera municipal y los maestros nos iremos con los participantes para apoyar y vigilar, por tanto , no habrá clases"; "ya va a ser Xantolo (fiesta de muertos en la Huasteca) y hay que comenzar a hacer los arcos, sólo vayan una hora a la escuela". Antes de escribir "etcétera", mi favorito: los maestros simplemente se presentan a la escuela pero se quedan horas afuera de las aulas fumando y platicando para matar el rato y dar lo mínimo de clases. ¿Eso es educación?
Las madres de familia sí se dan cuenta, a mí me tocó escucharlas quejarse de ello en una pequeña comunidad de la Huasteca Veracruzana. No saben cómo solucionarlo ni a quién acudir. Obvio a los docentes, cuyo nivel de enseñanza está generalmente por el subsuelo, no les interesa, aunque ¿quien sabe? En una de esas puede que de pronto llegue uno con verdadero compromiso y salve momentáneamente a una generación de primaria.
Lo anterior NO FUE LO PEOR y es cuando entra en escena la tele secundaria.
En esa misma comunidad tuve en mis manos una evaluación traída desde Xalapa, un examen que se aplica en todas las tele secundarias del Estado, es decir, es un documento emitido por la SEP (Secretarìa de Educación Pública). Pues bien, dicho documento albergaba aberraciones ortográficas, redacción deplorable en las preguntas que muchas veces eran ambiguas y opciones de respuestas incorrectas o también ambiguas. Estuve ayudando con sus tareas a la chica que me enseñó el documento y noté que sólo les pedían transcribir párrafos del libro de texto a la libreta a manera de cuestionario. Eso es común con las materias sociales en la primaria (aunque discrepo con esos métodos) pero esa dinámica incluía a la enseñanza de matemáticas. ¿Es eso posible? Claro, la clase la da un televisor pero lo aprendido debe ser confirmado y, sobre todo, los niños y jóvenes deben de aprender a pensar.
Todo me parece un teatro, el sistema hace como que apoya pero los amarra con deficiencias educativas y de servicios pùblicos. ¿Qué futuro le espera a niños como los de esta comunidad? En realidad hablo de mi experiencia en una sola pero sé que así es en miles de lugares de México y el mundo.

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