miércoles, 31 de marzo de 2010

Despertador sistémico

Se intercalan imágenes sin coherencia en su pensamiento y ella despierta de un brinco, transpirando un sudor de soledad y miedo. Le aflige la ausencia indefinida de un ser sin cuerpo, sin rostro ni voz. Un hueco vital la tortura. Inquieta, intenta hilar las escenas que la despertaron: besos ácidos, besos de fusión, ella sentada a la espera de un amado, el tedio de lo conocido, la emoción por conocer, arrepentimiento por hacer, culpa por ceder, su juventud en el espejo, el infante que de niña le encantaba, la ejecución de su instrumento, el concierto que nunca dio en Bellas Artes, la inmensidad del desierto, el acecho del clima tropical, un jeep que aún no tiene y todavía quiere, el auto donde llevaba a casa a su primer amor y... ¿Único? ¡Único amor! ¿Y los demás?

Por eso no duerme. Es víctima de sus propios paradigmas, aquellos por los que ella "es", pero que a la vez no la dejan. Sólo puede ser en sueños; eso es ella, pura materia onírica atrapada en el mundo tangible común. Pero es por ello que no puede regresar a su medio, algo la saca. Necesita buscar el equilibrio que ha encontrado ya en el pasado muy lejano. Necesita dejar de reparar en el correr del tiempo despierta, pensarlo como cuando sueña, cuando sólo es lo que es, tenga o no tenga canas; toque o no toque en Bellas Artes; tenga un auto o no; esté en el desierto o en la selva.

Allá en los sueños ama, acá no tiene tiempo. No puede ver la esencia en los objetos y seres del mundo despierta. Sólo divisa los velos, aquello que todo el mundo ve, pero que a nadie más que ella le importa. No puede ver en una bonita camisa al buen hombre; en una cara linda, no halla al inteligente; ni en semblante ataviado fuera de moda cree que se halle el coherente.

Todo lo que existe cuando está despierta está dentro de estuches de mentiras, cubiertos por ellos mismos en infinita cadena. Incluso ella misma. ¿Es su culpa? No lo es. Todos en el fondo son materia onírica, atrapados en el mundo tangible común. Pero lo tangible son los forros, las cortezas del sistema, las duras superficies ideológicas de polos distintos unidos en un pico de poder y control. De ahí vienen las angustias, de los modelos construidos que no son los propios. ¿Y por qué ella se despierta?

Ella está un paso más adelante hacia la conciencia, pero también más cerca del sufrimiento por la impotencia y la soledad por no poder llegar al centro y alejarse del mundo. Pero no todo está perdido. Aún le queda una solución a través de la ignorancia, o de la dura tarea de hallar las esencias, la materia onírica dentro de los viejos estuches sistémicos. Mientras, en lo que su pensamiento se detiene o la genialidad le aparece, el despertador quedará presente durante las siguientes noches, sacándola a ella del sueño. Tal vez también despierte a alguno más en la colonia contigua. Quizás él sea con quien puedaunir fuerzas, llegar a los mutuos centros,alejarse de los velos del sistema. Podrán entonces, al fin, comprender que la felicidad no es creación capitalista ni utopía de la comunidad, y que Marx no era Moisés, ni Moisés subió al monte por cuarenta días a escribir las disposiciones de un ser supremo omnipresente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No busques tanto.
Busca, sí busca; pero no busques tanto en una sola persona.
Hay caras bonitas sin coherencia y camisas feas con inteligencia, hay camisas lindas con coherencia y caras feas con semblantes a la moda, los hay semblantes y camisas y modas y coherencia pero nunca, nunca habremos de tropezar con un ideal hecho hombre, y empeñándonos en hacer ideal a un hombre sólo habremos de tropezar.
Yo no conozco tu destino, ¿existe el destino?, pero sé que así como los ideales son fascinantemente exquisitos, coloridos y cómodos, hemos de perdonarle al caballero en cuestión que su platica inicial no sea precisamente atractiva, que sus palabras no entretejan oraciones impecables, que quizá su sentido del humor no sea inteligente o ingenioso, y que quizá sus gustos no sean coincidentes ni comunes con los tuyos, pero haciendo a un lado tales puntos que ya tachaste en tu pizarra, estoy segura que podrías concederle una segunda parte. Y concedértela a ti. Esto es mera experiencia de una muy exigente idealista sin remedio, yo. Soy tan exigente conmigo misma que quise exigir de la misma forma a ellos, a ellos, y no.
Sabes quién eres, reconoces entre tu mundo onírico una mente clara, aunque eres velos y sueños hay un entendimiento diáfano entre lo palpable y tú. Te conoces las raíces, y sabes que los viajes y el tiempo que se escurre no tienen nada que ver, estás despierta en la tierra.
Deseo que toques en Bellas Artes, deseo que amanezcas en la selva y duermas cobijada por el desierto, que nunca onirolandia deje de chocar copas con la realidad y viceversa, que te reserves siempre un sueño incumplido luego de que hayas realizado todos, que viajes en auto sin saber adónde te diriges, y que en ese viaje se encuentren tú y él.
Besos.